Jesús Cantero Gonzalbo

Red de pueblos verdes y/o ecológicos

Ante la situación, medio ambiental, económica y, al parecer, la irreversible globalización del planeta que lo único que se ve claro es que esta beneficiando a unos pocos en deterioro de otros muchos, una de las salidas de la sociedad sería la de crear sociedades cuyos principios serían el medio ambiente, la solidaridad, la igualdad y el respeto entre personas y pueblos.

Por lo que, partiendo del respeto y defensa del medio ambiente, las sociedades, los pueblos y las personas que quieran desarrollarse personalmente y colectivamente en esta manera de vivir, se tendrían que unir e intercambiar experiencias, ideas y proyectos, para beneficiarse mutuamente de esta manera de convivir.

No sería retroceder en el tiempo a épocas remotas en la investigación y el desarrollo tecnológico, sino avanzar en la ética, la moral, la decencia y la educación.

Decálogo de principios:

1º. Ecología de género. Practicar la economía circular.

2º. Ser independientes de la economía global de los bancos.

3º. No usar o fabricar materiales o elementos que no se puedan reutilizar, recuperar o reciclar.

4º. La energía que se utilice tiene que ser renovable y alternativa para ser independientes del exterior. (En este país se puede conseguir, no es difícil)

5º. La transición ecológica de la economía. Los modelos de producción tendrían que ser respetuosos con el medio ambiente

6º. Tener presentes los valores de las personas para que repercutan en la sociedad.

7º. El agua como elemento imprescindible para la comunidad y para el medio ambiente; no contaminarla y derrocharla, (ahorro de agua y depuración). Respetar el ciclo del agua.

8º. Practicar la agricultura ecológica.

9º. La movilidad debe respetar el medio ambiente.

10º. Urbanizaciones e infrestructuras menos agresivas con el medio ambiente; no como hasta la fecha.

Las propuestas efectuadas por el Gobierno vasco, léase PNV-PSOE, para conseguir fondos de Europa nada tienen que ver con la lucha contra el cambio climático y/o la transición ecológica, y/o el compromiso de París. Iniciativas como el "impuesto al diesel”, los túneles de la ría para unir Portugalete y Las Arenas, las incineradoras, el metro de Donostia, ocupar suelo rústico para colocar grandes parques fotovoltaicos –cuando las placas solares hay que ponerlas en los tejados y potenciar el autoconsumo–, y así se podían enumerar un largo etc., son un insulto a la inteligencia ecológica. Hay que reconocer que no son del siglo XXI.

Cuando cerró Lemoiz algunos nos propusimos aprender, averiguar qué era eso de la ecología y, a partir de ahí, fuimos aprendiendo para transmitir esas experiencias a la clase política con la esperanza de que las asumieran y desarrollaran para conseguir un país mejor.

Sin embargo, la realidad es muy distinta. A pesar del coronavirus, no han espabilado. Esperemos que se den cuenta a tiempo de que no hay un “Planeta B”.

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